La matriz de riesgo es una herramienta crucial en la implementación de la LFPIORPI que permite a las entidades evaluar y clasificar el nivel de riesgo de sus clientes y operaciones. Típicamente, considera factores como el tipo de cliente, su ubicación geográfica, los productos o servicios utilizados, y los canales de distribución. La matriz asigna puntuaciones a estos factores para determinar un nivel de riesgo global (por ejemplo, bajo, medio, alto). Esta clasificación ayuda a las entidades a aplicar medidas de debida diligencia proporcionadas al riesgo y a asignar recursos de manera eficiente en sus esfuerzos de prevención de lavado de dinero.