La conservación de registros es una obligación crucial en la LFPIORPI que requiere que las entidades mantengan toda la documentación relacionada con sus clientes y transacciones por un período mínimo de 10 años. Esto incluye expedientes de identificación, reportes de operaciones, resultados de análisis de riesgo, y cualquier otra información relevante. Los registros deben mantenerse de forma que permitan su fácil recuperación y reconstrucción de transacciones individuales. Esta obligación es fundamental para proporcionar una pista de auditoría clara y facilitar las investigaciones de las autoridades cuando sea necesario.